TEJIDO


Compré lana roja y un par de palillos número tres. Punto, punto, punto, derecho revés. Punto, punto, punto, derecho revés. Punto, punto, punto, derecho revés. Es aún más complejo cuando disipo su orden y someto el encaje a una nostalgia incoherente, la secuencia del vértigo no acaba en nosotros.

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