Quién quiera que sea me nombró a matar, un cuervo nos observa desde su balcón y retazos de piel cubren el silencio de los amantes en las plazas públicas. Recuerdo que arrancó mi cabello y comenzó a deshilachar los secretos de mi cuerpo, tantos muertos tantos, las calles caen de mis brazos mientras una arpillera memoriza el rumbo del tejido. Cada punto termina entre los rieles de su soberbia.
5 comentarios:
1, 2, 3 por tí.
Quise que me encontraras.
Já! Solo te pillé, nada más. Nada del otro mundo creo.
Y yo sé quien eres, el único que escribiría "ti" con tilde :)
Falta de práctica. Nada más. Mejor que sobre a que falte, todo el mundo lo sabe.
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